Programa de radio 2/12/2019 – Nuestro experto te explica todo sobre servicio al cliente

Por Franklin Vásconez

Lo más importante en el Servicio al Cliente es la amabilidad de parte de los dueños de los negocios hacia su cliente. Hay infinidad de productos, ofertas, por eso hay que personalizar la atención. Si no le tratan bien, el cliente opta por no volver a ese local comercial o de servicio.

Todos pueden dar un buen servicio, pues es algo de voluntad. Además de reforzar con una capacitación por parte de los empleadores o dueños para que los empleados sepan cómo solventar dudas, cumplir las necesidades de los clientes. Hay que tecnificarse.

Ahora hay cursos de servicio al cliente, lo cual le da ventajas competitivas al negocio.

Las ventas no siempre son fáciles, hay que aprovechar a quien nace con el don de la atención, pero otros deben esforzarse. Deben observar cómo hay que comportarse con el cliente. Recibir clases y también observar como a uno mismo le han atendido en el pasado.

La motivación debe ser interna en la persona, la gente debe sentirse a gusto. El colaborador o empleado tiene la obligación de llegar con buen talante. Pero además hay que brindar un buen ambiente de trabajo.

Uno llega a un local y quiere que le saluden, le sonrían de manera sincera, le averiguen las necesidades que tiene, le cumplan, y no le hagan perder tiempo. Que estén dispuestos a cambiar lo comprado si no hay la total satisfacción.

Hay que identificar los pasos para la venta. No se sale a la calle sin haber planificado previamente. Si algo no fue bien, hay que revisar estos pasos y ver por dónde falló.

Si alguien pregunta dónde comprar zapatos, el boca a boca funciona.

El precio es importante, el lugar también, pero la atención es clave.

Si hay clientes maleducados o groseros, hay que llenarse de paciencia y respirar hondo. Para el negocio eso es difícil, hay que pedirle que se calme para no salir perdiendo.

Los pasos que hay que seguir son:

  • Saludar; contacto visual; para romper el hielo.
  • Receptar la necesidad e ir ofreciendo los productos para adecuar a su necesidad.
  • No perder la atención hasta completar la venta. No se trata de mucha labia, sino de identificar la necesidad y darle los beneficios, para cuándo lo quiere, cómo lo quiere, qué calidad le ofrece.
  • Darle las alternativas de pago y asegurarse de que se cerró la venta.
  • Despedirse bien e invitarle a volver.

Los negocios pequeños no tienen recursos como para tener una persona especializada. Por eso, repito, es la buena atención la que pesa.

No menospreciar a ningún cliente, más bien valorar a todos. Esa es una buena enseñanza. A veces la persona más sencilla es la que más va a comprar. O va a volver o a informar a otros.

Incluso puede ser el “cliente escondido o fantasma”. No pensar en el miedo que voy a provocar si envío un cliente fantasma, sino en ir mejorando cada vez más. Tener empatía.

Tener valores e integridad como filosofía de la empresa.

Un buen ejemplo de ventas se ve en las redes sociales. Ahorran tiempo, facilita la vida de las personas. En vez de esperar en el local, salen a vender.

Hay mucha competencia y el ecuatoriano tiene que ponerse al día.

El estrés actual puede dañar las ventas, pues queremos atender bien a todos. Hay que poner orden cuando tenemos gente a la fila. Son competencias que hay que ir inculcando a los empleados.

También fortalecer lo que es innato en cada uno, leer mucho, capacitarse, prepararnos en el día a día para motivarnos, vender bien, conocer bien al cliente, empoderarse, sentir al cliente y hacerle seguimiento. Que la meta sea la satisfacción del cliente, que tenga una experiencia memorable que no olvidará.